Los orificios que vemos en el exterior de la nariz son solo la puerta de entrada a una gran cavidad, situada justo por debajo del cráneo y que conocemos como cavidad nasal. En realidad, esta cavidad se divide en dos partes iguales separadas por un hueso plano, el septo nasal. Cuando este hueso llega a la punta de la nariz se sigue de cartílago. Por eso esta parte es móbil y blanda.
En ambos lados, en la pared opuesta al septo nasal hay tres bultos óseos, uno encima del otro, que son llamados cornetes nasales. Los espacios que quedan entre ellos se llaman meatos nasales. ¿Y por qué son importantes? Pues fíjate, son las "tuberías" de drenaje de unas estructuras óseas importantísimas situadas en el mismo cráneo: los senos nasales o paranasales. No te pierdas su entrada, donde te explico cual es su estructura y por qué han persistido durante la evolución.
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