Seguro que conoces a alguien que tiene la presión o tensión arterial alta. ¿Qué es la presión? ¿Por qué es tan importante? ¿Qué pasa si la tengo alta? Vamos a resolver estas preguntas.
En primer lugar hay que entender el concepto de presión arterial, y para ello hay que ir un poco más allá y estudiar el llamado sistema vascular (junto con el corazón forma el sistema cardiovascular). No es más que un conjunto de tuberías (llamados vasos) por las que discurre la sangre. Existen tuberías en dos direcciones: las que llevan la sangre del corazón a los órganos (arterias), y las que devuelven la sangre de los órganos al corazón (venas). Cualquier líquido que pasa por un tubo hace una fuerza contra sus paredes. Imaginémonos una manguera. Cuánto más abramos el grifo más agua va a circular y más fuerza hará desde dentro contra el tubo de plástico, hasta el punto que si nos pasamos podría estallar. Quizá es aún más sencillo si pensamos en un globo de agua (aunque no sea un tubo).
Bien. Lo que medimos cuando nos tomamos la presión es justamente esta fuerza. Es importante porque si esta fuerza o presión es demasiado alta puede dañar la pared de los vasos y producir muchos problemas, puesto que al fin y al cabo se encuentran en todos los órganos (y por tanto cualquiera de estos puede verse afectado). Hay dos tipos de daño:
1. Crisis hipertensiva. Poco frecuente. Sube tanto la presión que, si recordamos el ejemplo de la manguera, podemos producir un daño brutal en el mismo momento (afecta sobretodo al cerebro, riñón, retina y corazón, donde los vasos son pequeños y más débiles). Suele suceder con cifras por encima o alrededor de 180/120. No te pierdas el post donde te explico todo sobre estos eventos.
2. Hipertensión crónica. Es muy frecuente. El daño se va produciendo con los años. Por eso más que enfermedad se le llama factor de riesgo. Si tienes hipertensión arterial es más probable que cualquier problema de salud vaya peor, puesto que el órgano afectado ya tendrá sus vasos dañados a priori. Hay diferentes grados, pero son cifras por encima de 140/90, sin llegar a números tan altos como la hipertensión aguda.
¿Cuál es el valor deseable? En general (existen muchas excepciones), por debajo de 140/90. Llegados a este punto y antes de acabar, quizá te preguntes porque hay dos números si solo estamos midiendo una fuerza. La respuesta la encontramos en la bomba que mueve la sangre por estas tuberías: el corazón.
El corazón late como si fuera una bomba en lo que se conoce como ciclo cardíaco. Se cierra con fuerza (gracias a que esta formado por músculo que se puede contraer) en la fase conocida como sístole, expulsando la sangre de su interior, para inmediatamente volver a abrirse y llenarse de nuevo. Cuando se cierra expulsa una gran cantidad de sangre, que ejerce mucha fuerza contra la pared de los vasos. Esta es el número más alto cuando nos tomamos la presión, o presión sistólica. En cambio, cuando se relaja (fase conocida como diástole), no se envía sangre a los vasos y por lo tanto la fuerza contra sus paredes es menor, dando el número más bajo o presión diastólica.
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